20110713

LOS RECUERDOS

La medicina le llama la " Neurona de la Abuela", aquella que almacena, codifica y reúne información. La memoria no tiene un lugar físico en nuestro cerebro, está diseminada en distintas localizaciones, sin embargo, en donde trabaje cumple a cabalidad su función. En unos guarda los recuerdos más profundos de nuestra infancia, en otros el significado de las palabras que nos marcaron, en otros la sensación del tacto, oído, vista y olfato. En su conjunto, son los recuerdos los que la memoria almacena filtrando el grado de importancia que tuvo en nuestras vidas.
Muchos de ustedes deben pensar que los recuerdos forman parte tan sólo de una nostalgia. Otros se sienten agradecidos , ya que fueron el punto de partida para llegar a ser lo que hoy son.
Qué sorprendente es la mente, uno nace para soñar y recordar todo lo que la vida nos enseña a pesar que algunos recordamos más y otros menos, no es de extrañarnos.
La memoria es el conductor de nuestra vida y de nuestras relaciones con los demás. Acoge, fija y moldea nuestras alegrías y penas, encuentros y rupturas, los grandes y pequeños recuerdos. Si en alguna ocasión nos desilusiona es, porque a veces, hay momentos difíciles de sobrellevar, y necesitamos mitigarlos para reanudar el curso de nuestra existencia.
Confieso que he sentido algún grado de temor a olvidar el pasado. No es el temor a estancarme en él ni temor a revivirlo, más bien temor por olvidar mi infancia, mi crecimiento, la senda que utilicé para ser quien soy. Será porque para mí, los recuerdos son la conclusión de una historia personal, familiar y social. Son imágenes de nuestra mente y sentimientos en nuestro corazón, experiencias que disfruté al máximo en el momento que ocurrieron. 
Aquellos recuerdos, forman una parte muy importante en mi vida, de lo que soy como adulta, de cómo he aprendido a valorar gracias a ellos, lo que la vida me ha regalado.. 
Mientras mi mano le da expresión a mi mente, ella despierta los recuerdos como un arco iris, y junto con ella esbozo una sonrisa . Tantos y tan maravillosos pasajes de mi existencia, aún desde mi infancia de la cual tengo el privilegio de guardar en mi memoria su inocencia.
Recordar la envidia sana que sentía una amiga de una época escolar, que me decía que cómo era posible ser tan risueña en todo momento, los primeros sentimientos del ridículo, no comprender una situación o no tener la suficiente experiencia para salir airosa de algo comprometedor. También permanecen en mi mente esas inquietudes sobre como gustarle a un chico, cómo me ruborizaba cuando me miraba a los ojos y me decía que tenía tan hermosa sonrisa.
Como todo en la vida, los recuerdos permanecen intactos en mi memoria. Hayan sido buenos o malos, hoy en día no cambiaría nada, y si volviera a nacer querría vivir todo tal cual se me fue dado.
Hace poco recordé el cálido abrazo de mis seres queridos, aquellos bellos momentos en que me inspiraban alegría, la reluciente sonrisa de mi madre, cuando hallaba hermoso el diario vivir, días fortalecidos y radiantes con una confianza única. Crecía esa actitud optimista, en el que nos hallábamos felices con el coraje dispuestos a enfrentar lo que venga… A carcajadas sonreíamos porque al final veíamos nuestras proezas, un gran logro…
Alguien escribió...

"Guarda los buenos recuerdos para los malos momentos y escucha ¡Apúntate a la vida, a decir lo que sientes, a sentir lo que vales, a soñar lo que quieras y a saber que te sobra con tener lo que tienes...los recuerdos".